La compañía de componentes tecnológicos sanitarios Medtronic vuelve a reconocer un nuevo incidente con sus baterías. En concreto, con las de sus bombas de insulina MiniMed 640G, con versión de software 2.6.
La división española de la multinacional, presidida por Javier Colás, ha enviado un mensaje de alerta a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) que advierte de que la batería interna de algunas de estas bombas de insulina no podría cargarse debido a un error de software.
Según los datos facilitados por la empresa, cuando este fallo grave aparece, se activa una alarma y el paciente puede ver en la pantalla de la bomba el mensaje de ‘error de energía detectado’ acompañado del número 25. Medtronic también ha remitido un aviso a aquellos profesionales sanitarios, aseguradoras y pacientes que pudieran verse afectados
Graves consecuencias
El sistema 640G de MiniMed está indicado para la administración continua de insulina, a índices fijos y variables, para el tratamiento de la diabetes mellitus. Este fallo de batería podría repercutir en esa dosificación y, en consecuencia, poner en peligro la vida del paciente.
Para evitarlo, Medtronic ha solicitado a los profesionales sanitarios que contacten con los pacientes que estén utilizando dichas bombas de insulina con el fin de que reciban la nota de aviso de la empresa y de advertirles de que deben contactar de forma inmediata con la compañía si aparece el citado error de energía 25.
El teléfono de servicio técnico facilitado por la compañía es el siguiente: 900 120 330.
No es un caso aislado
No es la primera vez que Medtronic se enfrenta a las críticas por culpa de sus baterías. En el último año, diversas agrupaciones y foros de pacientes de diabetes se han quejado de rápida degradación y la poca duración de la carga de sus dispositivos.
El pasado año también British Medical Journal publicaba un polémico artículo que hacía referencia a la poca duración de las baterías de los marcapasos de esta compañía y a su relación con intereses económicos. El paper alegaba que sería posible crear dispositivos que durasen hasta 25 años mientras que los actuales apenas llegan a los ocho.