La compañía farmacéutica presidida por Juan López-Belmonte, Rovi, ha visto caer su beneficio un 32% interanual en el primer trimestre del año, hasta los 6,4 millones de euros. El laboratorio ha informado a sus inversores a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que este importante descenso se debe a que en el mismo periodo de 2016 recibió un ingreso no recurrente de 4 millones derivado de la constitución de una joint venture con la compañía italiana Enervit. Sin tener en cuenta este movimiento, el beneficio habría crecido un 12%.
Dicho ingreso también ha influido en el resultado bruto de explotación (ebitda), que se redujo un 21%, hasta 10,2 millones de euros. Dejando a un lado el ingreso de su joint venture, dedicada a la distribución de productos nutricionales en España y Portugal, el ebitda habría crecido un 13%.
Mejores cifras ha recogido de sus ingresos, que aumentaron un 11% hasta los 67,8 millones de euros gracias al negocio de fabricación a terceros, un 28% mayor que en la misma etapa de 2016. También al de especialidades farmacéuticas, que experimentó un crecimiento del 7%. Por contra, la facturación por productos del área OTC sufrieron un desplome del 44%.
Aumentos de un dígito
Según el comunicado, la compañía de López-Belmonte espera cerrar 2017 con un incremento de sus ingresos de menos del 5%. Una cifra optimista teniendo en cuenta que estará muy condicionada por el ajuste planteado en el Plan Presupuestario que España ha enviado a la Comisión Europea de 550 millones de euros en el gasto farmacéutico.
Para ello, Rovi ha puesto sus esperanzas en el comportamiento de su Bemiparina, en sus últimos acuerdos y nuevas licencias de distribución, en la cartera de productos de especialidades farmacéuticas existente y nuevos clientes en el área de fabricación a terceros.