Los ingresos totales cayeron el 12%, hasta 756 millones de euros, y las pérdidas fueron de 304 millones el ejercicio pasado
Sanitia. 2017 fue un año peor de lo esperado para la familia Gallardo, propietaria de la mayoría del capital de Almirall: la multinacional farmacéutica tuvo unas pérdidas de 304 millones –frente al resultado neto positivo de 75,5 millones del ejercicio precedente- y los ingresos totales cayeron el 12%, hasta 755,8 millones.
Los problemas de la filial norteamericana de dermatología Aqua con las autoridades sanitarias de Estados Unidos, que ya provocaron una severa reducción de las estimaciones de ventas y márgenes a través de la emisión de un `profit warning´ en julio pasado y la dimisión del anterior consejero delegado, han aflorado en las cuentas en forma de un apunte contable negativo de 323 millones por deterioro de activos -246 millones por Aqua y otros 53 por los gastos en I+D de la suiza Poli, adquirida en 2015-. De hecho, las ventas en Estados Unidos cayeron el ejercicio pasado el 61%, pasando de 209,9 a 81,8 millones de euros. El mercado de Estados Unidos ha pasado en un año de de representar el 27,4% de las ventas totales de Almirall al 12,8%.
El margen Ebitda también ha descendido el 37,5% en 2017, hasta 142,2 millones de euros, muy cerca de la parte baja del nuevo rango entre 140 y 170 millones que Almirall anunció como nueva estimación para este ratio en el citado `profit warning´.
Con todo, la compañía –cuya mayoría de capital controla largamente la familia Gallardo- propondrá el reparto de un dividendo de 0,19 euros por acción, el mismo que el año pasado.