Las empresas en cuestión facturaron en España 74 millones de euros -en 2014- y 110,8 millones -en 2016-, respectivamente.
Sanitia. El mercado de `medical devices´ sigue presentando una exuberante actividad judicial en Estados Unidos, donde las propias empresas, los proveedores, los pacientes y los operadores del sistema de salud pleitean entre sí con rapidez por supuestas deficiencias en productos o malas prácticas profesionales o de servicios que normalmente conceden pistas a jueces y autoridades sanitarias para una mejora continua en la eficiencia del sistema en general.
Las últimas dos demandas conocidas se han planteado contra Medtronic y contra Stryker por supuestos incentivos no autorizados a médicos con el objetivo de impulsar las ventas de sus productos frente a las de la competencia y mejorar sus posiciones en el mercado.
En el caso de Medtronic, que tiene una importante actividad en España, la demanda, aceptada por un juzgado de Pensilvania, ha sido promovida por un antiguo empleado de la compañía despedido después de un historial laboral de 16 años que asegura haber sido testigo de prácticas para mejorar las ventas como bonos para adquirir aparatos, servicios gratuitos de implante de `devices´ o consultorías sin coste destinadas a gerentes de hospitales.
En cuanto a Stryker, que también trabaja mucho en nuestro país, el pleito ha sido aceptado por un tribunal de Cincinatti a instancias de la asociación de médicos brasileña Abramge (Associacao Basileira de Medicina de Grupo), cuya demanda había sido rechazada algunos años antes por un tribunal de Michigan, donde tiene la sede social la empresa. Abramge argumenta que Stryker desarrolló en Brasil un «esquema ilícito, que fue ideado e impulsado desde Michigan, diseñado para aumentar su cuota de mercado mediante el pago de pagos, sobornos y comisiones inapropiados a doctores brasileños para inducir el uso de los productos de Stryker».