El presidente norteamericano prevé dar esta semana el visto bueno a la ley denominada «right-to-try».
Sanitia. Según diferentes medios de comunicación estadounidenses, la nueva ley permitirá a un paciente en estado terminal acceder a drogas -y, posiblemente, también a dispositivos médicos o`devices´- todavía no autorizados por la Food and Drug Administration (FDA), el supervisor y regulador sanitario en Estados Unidos.
El debate ha polarizado al sector de la salud en este país. Quienes están a favor argumentan que la nueva normativa concedería esperanza a pacientes que de otra manera no tendría opciones de sobrevivir. Quienes se oponen a la liberalización creen que esta minaría la autoridad de la FDA, al convertir en papel mojado su función de cancerbero sobre lo adecuado para los pacientes de los medicamentos y devices experimentales. De hecho, la FDA cuenta con dos protocolos precisos -«expanded use» (uso ampliado) y «compasive use» (uso compasivo)- para permitir los ensayos y estudios de nuevos productos, que suele aprobar en un 99% de los casos -según estudios que aportan los medios de comunicación citados- y son la vía que aconseja para quienes quieren probarlos, a condición de que los promotores de los experimentos consideren a los pacientes con el perfil adecuado para participar en ellos.